11 oct 2011

The chilean way o "A la chilena". Así somos los latinos.

por Manuel Basurto V. 
                              
Este documental comienza con una expresión categórica “el chileno es todo lo mal”…. lo curioso es que casi a cualquier país donde uno va, y he visitado como 8 y vivido en 4 de sud América,  si hiciéramos  más o menos la misma pregunta: ¿cómo van las cosas aquí? ó ¿cómo son Uds.? La mayoría de las veces la respuesta sería similar, o sea todo está mal. En este artículo pretendo reflexionar sobre algunas creencias y actitudes que me parecen tenemos en común por lo menos los latinoamericanos, todos tenemos un “chilean way” solo que va variando de nombre de acuerdo a la región, y en la mayoría paradójicamente nos sentimos orgullosos de ser “a nuestra manera” aunque externamente la criticamos o no la aceptamos. Aunque tenemos cualidades que resaltan y lo expresan principalmente los que vienen del exterior, como que los latinos somos muy alegres y hospitalarios, aunque visto desde adentro lo de alegres tiene otra connotación: somos
“carreteros”, “farreros”, “juergueros”, “parranderos”, etc., en otras palabras excesivamente  aficionados a  la diversión y los placeres, bajo la excusa de que somos explotados laboralmente, vivimos una vida estresada, etc. Lo cual no deja de ser cierto. Muchos afirman que otra característica, también en común, es que somos flojos por naturaleza y esto se lo atribuyen a los genes de los que aparentemente procedemos  todos, el de los conquistadores. Me pareció muy acertada  la opinión de uno de los jóvenes que discrepa de la idea de este concepto y atribuye nuestra manera de ser a la educación, la influencia de los medios, y en general  a todo lo que el ser humano va consumiendo mental  y espiritualmente desde la infancia, lo cual llega a conformar lo que somos individualmente y como sociedad. Y aquí aparece un punto que me parece muy importante y lo dice este joven del video, cuando expresa  que si un niño crece absorbiendo valores egoístas, materialistas, etc, eso mismo es lo que reflejará  su propia sociedad. Si partimos de que el ego (el falso yo) está formado por nuestras creencias, valores, y cultura y crea separación con nuestros semejantes, entonces  este mismo ego individual  se proyectará masivamente creando lo que llamaríamos el “ego colectivo” separándonos grupalmente, por un lado los que nos identificamos con una manera de ser y pensar y del otro los que son diferentes a  nosotros. De ahí nacerían entonces las ideologías, partidos políticos, religiones, regionalismos  y hasta las barras bravas de los equipos deportivos. “Nosotros” contra “los otros”.
No resto importancia a las cualidades culturales y ancestrales de cada región o país, es maravillosa la diversidad, lo negativo es cuando nuestro apego a esos conceptos se torna excesivo confundiéndolo con nuestra identidad.
Otra característica de la naturaleza humana que salta al hablar de esto, es que siempre estamos culpando a alguien más por nuestros males (viene desde Adán y Eva), siempre es falta de la intervención del estado, culpa de las transnacionales, falta de educación o por último de algún poder oculto que no nos permite liberarnos de esa idiosincrasia. No digo que todos esos factores no sean relevantes pero simplemente no me parecen la causa esencial y creo que mientras lo sigamos viendo de esa manera más difícil será iniciar el cambio. Quiero decir con esto que la mirada habría que dirigirla primero a uno mismo como “ser” más allá de las idiosincrasias, nacionalidades, religiones, etc., entendiendo primero que todos los seres humanos somos iguales en esencia, criaturas de Dios, creados a su imagen y semejanza. Por tanto dotados de la capacidad para conocer nuestra propia naturaleza y asumir la responsabilidad de cambiar lo que creemos sea necesario cambiar individualmente.
No podemos negar tampoco la presión social del entorno en que vivimos, sin embargo nada de eso es  excusa para no asumir la parte personal del cambio que nos toca. Como dijo la madre Teresa: “No esperes que lo hagan los gobiernos, no esperes que lo hagan las instituciones, hazlo tu mismo”.
 Entonces ¿qué es lo que nos puede ayudar a superar nuestra “chilean way”?
- Tener fe en que podemos contribuir a crear una reacción de cambio en cadena, cuando asumimos con determinación una postura personal, sin tomar cuidado de quienes nos sigan o los resultados que podamos lograr.

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