El dinero no hace la felicidad pero crea una sensación...

por Manuel Basurto V.
"El dinero no hace la felicidad pero crea una sensación tan parecida, que haría falta un especialista para establecer la diferencia". 
Woody Allen
Esta frase me llego justo en estos días que venía pensando escribir acerca del dinero y sus implicaciones.
Para mí fue una especie de señal de que debía hacerlo a pesar de sentir que no es un tema fácil a tratar.
Obviamente que todos damos por sentado que sin dinero no se puede vivir.Y poseer riquezas siempre fue sinónimo de bienestar, seguridad y por último felicidad. A estas alturas con toda la información a la que se tiene acceso me parece que la idea de que el dinero es indispensable para ser feliz, ya no tiene la misma relevancia que tenía antes. Sobretodo cuando recibimos noticias de la forma de vida y los tristes desenlaces de quienes lo tienen en abundancia.
Sin embargo como dice Woody A. produce una sensación tan parecida a la felicidad que no es nada fácil escapar a su seducción. Es notable ver como los fines económicos unen a las personas por lo menos inicialmente,
cuando de ganar dinero se trata. Se crean alianzas, sociedades e incluso matrimonios en torno al vil metal. Cuando se recibe dinero aunque se trate solo del salario que ganamos sentimos una grata sensación y nos proyectamos a lo que tenemos que pagar, como usaremos lo que nos queda o que conseguiremos de lo que creemos necesitar. Muchas veces tratamos con especial deferencia a la gente que lo posee, yo mismo he experimentado eso, como si la gente rica o pudiente se tratase de gente superior, es como si inconscientemente pensáramos "es alguien que lo logro, por tanto debe valer más que los demás". Esta opinión subyacente de muchos en relación a los ricos hace que queramos actuar como ellos, imitar su gestos, forma de vestir, hablar, o simplemente "codearnos" con ellos aunque carezcamos de un céntimo. Esto es muy bien utilizado por las empresas publicitarias que nos bombardean haciéndonos creer que si usamos tal marca de ropa, tal estilo de peinado, tal forma de vestir, como las que usan ellos estaremos complementando lo que le falta a nuestro ser. 
Y es que a ¿que ego no le gusta todo eso? Ese yo fantasmal que hace que creamos que valemos de acuerdo a lo que poseemos aunque se trate solo de nuestra imagen.
Vivimos en un mundo donde el dinero ocupa un lugar predominante nos guste o no, como dice el viejo adagio: "un dolar no es mucho, pero cuantas cosas dejamos de hacer por no tener un dolar". Muchas veces he pensado y me he preguntado ¿como llegar a un buen equilibrio? todos queremos bienestar, cubrir nuestras necesidades y las de nuestros seres queridos, y sabemos que para lograrlo necesitamos dinero; como podríamos hacer para que el conseguirlo no se convierta en nuestro centro y dejemos de lado otros aspectos también importantes de la vida. "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero"  y "el que ama el dinero, no se saciara de dinero" dice la Biblia, pero ojo, dice amor al dinero; no pareciera estar en contra de tenerlo si no de amarlo, al fin y al cabo es Dios quien permite que lo consigamos y El es el mayor generador de la riqueza. Esto se refleja muy bien en su creación.
Tengo la impresión que actualmente la humanidad está despertando a otros valores que hay que tomar en cuenta para entrar en el camino de la felicidad, y estos parten del interior de uno mismo y su relación con la totalidad, principalmente el amor que tengamos por nuestro prójimo, la naturaleza y por nosotros mismos. Es como si viéramos más claramente que ya no bastan solo los medios externos como el dinero y todo lo material si perdemos la conexión con nuestro ser, los demás y la fuente que nos creo.