El ego nos hace creer que estamos separados de todo!

Por Manuel Basurto V.

Posiblemente hayan escuchado la frase "tu eres tu peor enemigo". Hay también otra muy famosa del apóstol Pablo: ¡Miserable de mí! ¿Quien me librara de este cuerpo de muerte? Porque no hago el bien que quiero, si no el mal que no quiero eso hago. Cuando se reflexiona acerca de estas afirmaciones, se tiene la impresión que se trata de alguien  prisionero de si mismo y de sus pasiones. Con mucha frecuencia también uno se pregunta ¿quien es ese si mismo? y ¿donde está alojado? A través del tiempo he notado que maestros espirituales

aluden muchos de los males que nos ocasiona ese "si mismo" a una entidad a la cual llaman ego, la que convive con nosotros en nuestra mente y pensamientos. La otra noche pensando sobre este tema me fui a dormir y soñé que limpiaba un terreno baldío, esos donde la gente va tirando cosas y basura, llenos de hojas, ramas, piedras, etc, al parecer no se había limpiado en mucho tiempo por lo que el trabajo era arduo por todo lo inservible que se había acumulado.

Me sorprendí cuando al despertarme parecía tener una idea más clara por lo menos para mí de lo que es el ego, pensé que quizás no se trata de un ser fantasmal o un ente vivo que nos manipula a su antojo como dicen algunos estudiosos, si no que se trate simplemente de conceptos, pensamientos y paradigmas acumulados en nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida los cuales nos gobiernan inconscientemente. Algunos de estos paradigmas podrían ser: lograr ser alguien en la vida, aspirar siempre a tener más, tratar de ser diferente, alcanzar metas elevadas, ser reconocido, dejar huella, etc. Igual que en el terreno baldío de mi sueño toda esa basura acumulada no permite que la tierra (nuestro ser) retorne al prodigioso estado en que nos fue entregada para dar sus mejores frutos.

Me pareció que seria interesante tratar aquí  algunas facetas del ego a fin de iluminar ese rincón oscuro de nuestra parcela y poder liberarnos de las ataduras con las cuales quiere que vivamos o mejor dicho muramos. Una característica primordial del ego es hacernos sentir separados, separados de nosotros mismos, unos de otros, de la naturaleza, el universo y por último y lo más importante, separados de Dios. El eslogan que nos han vendido es que hay que tratar de ser diferentes, al parecer lo que se nos ha olvidado es que para ser diferente basta con ser uno mismo. En lo esencial todos los seres humanos tenemos mucho en común, no elegimos fecha y lugar de nacimiento, tampoco a nuestra familia ni las características de nuestro cuerpo, y mucho menos todo lo concerniente a nuestra muerte. Todos sentimos el mismo anhelo de felicidad y enfrentamos perdidas y sufrimiento. 

Teniendo lo más importante en común ¿porque el ego insiste tanto en mantenernos separados? seguramente porque divididos estamos perdidos. Esta es su esencia porque al sentir separación nuestras relaciones son superficiales ya que el ego siempre se disfraza y representa un personaje, por lo que raras veces nos relacionamos con el autentico ser humano ahí en el fondo, detrás del personaje etiquetado.

Al no sentir la conexión con la naturaleza y sus elementos, los animales, etc, los utilizamos como simples medios para lograr fines egoístas de los que hoy por hoy todos sentimos las consecuencias. Y al estar separados de Dios nuestras vidas carecen de sentido, no sabemos en realidad quienes somos, de donde venimos ni adonde vamos, y lo que es peor con que propósito estamos aquí.