Por Manuel Basurto V.
Siempre me han fascinado los relatos verídicos de casos donde personas se ven involucradas en crímenes que son muy difíciles de resolver. Como se solía ver en esas películas de suspenso al estilo de Hitchcock donde en determinado momento se encuentran reunidos todos los posibles asesinos y el espectador percibe que uno o varios de ellos son los criminales pero no lo puede saber debido a la enmarañada tela que los protagonistas han tejido en torno a sus acciones.
Algo similar es lo que percibo en relación a los hechos acontecidos estos últimos días en Paraguay con el juicio político que termino con la destitución del presidente de la república. Acabamos de cumplir 14 años desde que con mi familia llegamos a este país, fue meses antes de un hecho similar conocido como el Marzo Paraguayo del año 1999 y en ese entonces como era de esperar no sabíamos ni podíamos entender nada de lo que estaba sucediendo y nuestra primera impresión y pensamiento fue el mismo que probablemente mucha gente tendrá ahora viéndolo desde afuera, que se trata de acontecimientos propios de un país sub-desarrollado, pobre e ignorante, lo cual infelizmente no deja de ser cierto tanto aquí como en otros países de América Latina. Alguna vez escuche que no hay mejor forma de conocer a alguien que conviviendo por un tiempo con dicha persona y creo que es verdad, es un poco lo que ocurre con las familias, todos queremos y nos esmeramos por presentar nuestra mejor imagen familiar frente a los que visitan nuestra casa pero para los visitantes es muy difícil tener una percepción auténtica de esa realidad familiar que solo sus miembros conocen, por ejemplo solo los cónyuges saben y conocen los defectos y virtudes de la pareja y los hijos y viceversa. Todo esto para decir que después de 14 años viviendo aquí casi me siento impelido a expresar mi punto de vista en relación a estos sucesos porque en cierta manera es como si se estuviera tratando de mi propia casa. No es mi intención tratar de develar, juzgar ni mucho menos los entre-telones socio-políticos de lo ocurrido aquí porque como dije al comienzo de este artículo todo esto se me asemeja a una película de Hitchcock y no creo ser el único que lo ve y siente así. Como tengo el privilegio de andar en la calle, ir al mercado, hablar y escuchar al común de la gente, veo que comparten el mismo sentir, básicamente es que se trata de un truculento enmarañado entre un grupo de gente que está peleándose por obtener el poder sin ningún genuino interés por el país y mucho menos por solucionar los grandes problemas que aquejan a este pueblo, esa es la sensación térmica por decirlo de alguna manera que se percibe en la calle, pero lo que es más triste y preocupante es que a esa sensación la acompaña un sentimiento de que no hay nada que se pueda hacer, una especie de impotente y fatídica resignación.
Y es que existe poca gente que ha ejercitado el pensar, mucho menos analizar y reflexionar, quizás porque el mismo sistema la mantiene así al no darle ni el tiempo ni las condiciones para desarrollar en ese aspecto y esto para mi viene desde la educación, pasando por los medios, etc, como alguien decía: "se nos educa para producir y consumir, no para pensar".
Hay dos aspectos en todo esto que llaman poderosamente mi atención: uno es ver que en otros países están pasando problemas políticos similares, no exactamente con las mismas características pero sí con los mismos efectos, descontento popular, protestas, caídas de gobiernos y gobernantes, dominio y control de los poderosos, y también la misma impotencia del pueblo al no poder ver una salida de un sistema que parece ya no dar más. Lo cual me lleva a pensar que la raíz del problema no está solo en el sub-desarrollo, la pobreza y la ignorancia.
El otro aspecto es referente a este suceso en particular aquí en Paraguay y es el siguiente: los gestores del juicio político al presidente alegan que todo lo hecho fue legal y conforme a la Constitución y leyes que rigen al país. Pero haciendo una analogía con las películas de suspenso, los que gustan de ese genero sabrán que en muchos casos ahí todo parece resuelto, las piezas encajan muy bien así como los argumentos y coartadas el juicio, y el veredicto, etc, sin embargo es frecuente ver que aparece un policía, abogado o alguien a quien no parece encajarle "algo" del todo y se queda como con una espina que no lo deja tranquilo hasta resolver el porque. Algo así es lo que percibo en toda esta situación y mucha gente también y la espinilla en este caso es ¿porque no se le otorgo un tiempo razonable al acusado para preparar y presentar su defensa? sobretodo tratándose de quien era y la magnitud de las acusaciones. Igual que en las películas estos investigadores suelen hacerse muchas preguntas y plantearse hipótesis como: Si los acusadores estaban tan seguros de su veredicto y al parecer fue así, ¿porque no darle al acusado el tiempo necesario y prudencial para su defensa? ¿cual fue el motivo de la premura? ¿será que temían que el acusado al contar con más tiempo pudiera demostrar su inocencia? o ¿quizás sabían de algún factor determinante que debían evitar y fue lo que los impulso a actuar con tanta celeridad? También se podría pensar que estaban tan seguros de las razones de su juicio y del apoyo con el que contaban que cometieron un desliz y no se percataron que la celeridad iba a ser motivo de cuestionamientos y hasta de sospechas. Ojala no sea como en las películas y novelas que muchas veces un pequeño desliz suele ser el detonante que devela un crimen que se pudo evitar por más perfecto que podría parecer.
Algo similar es lo que percibo en relación a los hechos acontecidos estos últimos días en Paraguay con el juicio político que termino con la destitución del presidente de la república. Acabamos de cumplir 14 años desde que con mi familia llegamos a este país, fue meses antes de un hecho similar conocido como el Marzo Paraguayo del año 1999 y en ese entonces como era de esperar no sabíamos ni podíamos entender nada de lo que estaba sucediendo y nuestra primera impresión y pensamiento fue el mismo que probablemente mucha gente tendrá ahora viéndolo desde afuera, que se trata de acontecimientos propios de un país sub-desarrollado, pobre e ignorante, lo cual infelizmente no deja de ser cierto tanto aquí como en otros países de América Latina. Alguna vez escuche que no hay mejor forma de conocer a alguien que conviviendo por un tiempo con dicha persona y creo que es verdad, es un poco lo que ocurre con las familias, todos queremos y nos esmeramos por presentar nuestra mejor imagen familiar frente a los que visitan nuestra casa pero para los visitantes es muy difícil tener una percepción auténtica de esa realidad familiar que solo sus miembros conocen, por ejemplo solo los cónyuges saben y conocen los defectos y virtudes de la pareja y los hijos y viceversa. Todo esto para decir que después de 14 años viviendo aquí casi me siento impelido a expresar mi punto de vista en relación a estos sucesos porque en cierta manera es como si se estuviera tratando de mi propia casa. No es mi intención tratar de develar, juzgar ni mucho menos los entre-telones socio-políticos de lo ocurrido aquí porque como dije al comienzo de este artículo todo esto se me asemeja a una película de Hitchcock y no creo ser el único que lo ve y siente así. Como tengo el privilegio de andar en la calle, ir al mercado, hablar y escuchar al común de la gente, veo que comparten el mismo sentir, básicamente es que se trata de un truculento enmarañado entre un grupo de gente que está peleándose por obtener el poder sin ningún genuino interés por el país y mucho menos por solucionar los grandes problemas que aquejan a este pueblo, esa es la sensación térmica por decirlo de alguna manera que se percibe en la calle, pero lo que es más triste y preocupante es que a esa sensación la acompaña un sentimiento de que no hay nada que se pueda hacer, una especie de impotente y fatídica resignación.
Y es que existe poca gente que ha ejercitado el pensar, mucho menos analizar y reflexionar, quizás porque el mismo sistema la mantiene así al no darle ni el tiempo ni las condiciones para desarrollar en ese aspecto y esto para mi viene desde la educación, pasando por los medios, etc, como alguien decía: "se nos educa para producir y consumir, no para pensar".
Hay dos aspectos en todo esto que llaman poderosamente mi atención: uno es ver que en otros países están pasando problemas políticos similares, no exactamente con las mismas características pero sí con los mismos efectos, descontento popular, protestas, caídas de gobiernos y gobernantes, dominio y control de los poderosos, y también la misma impotencia del pueblo al no poder ver una salida de un sistema que parece ya no dar más. Lo cual me lleva a pensar que la raíz del problema no está solo en el sub-desarrollo, la pobreza y la ignorancia.
El otro aspecto es referente a este suceso en particular aquí en Paraguay y es el siguiente: los gestores del juicio político al presidente alegan que todo lo hecho fue legal y conforme a la Constitución y leyes que rigen al país. Pero haciendo una analogía con las películas de suspenso, los que gustan de ese genero sabrán que en muchos casos ahí todo parece resuelto, las piezas encajan muy bien así como los argumentos y coartadas el juicio, y el veredicto, etc, sin embargo es frecuente ver que aparece un policía, abogado o alguien a quien no parece encajarle "algo" del todo y se queda como con una espina que no lo deja tranquilo hasta resolver el porque. Algo así es lo que percibo en toda esta situación y mucha gente también y la espinilla en este caso es ¿porque no se le otorgo un tiempo razonable al acusado para preparar y presentar su defensa? sobretodo tratándose de quien era y la magnitud de las acusaciones. Igual que en las películas estos investigadores suelen hacerse muchas preguntas y plantearse hipótesis como: Si los acusadores estaban tan seguros de su veredicto y al parecer fue así, ¿porque no darle al acusado el tiempo necesario y prudencial para su defensa? ¿cual fue el motivo de la premura? ¿será que temían que el acusado al contar con más tiempo pudiera demostrar su inocencia? o ¿quizás sabían de algún factor determinante que debían evitar y fue lo que los impulso a actuar con tanta celeridad? También se podría pensar que estaban tan seguros de las razones de su juicio y del apoyo con el que contaban que cometieron un desliz y no se percataron que la celeridad iba a ser motivo de cuestionamientos y hasta de sospechas. Ojala no sea como en las películas y novelas que muchas veces un pequeño desliz suele ser el detonante que devela un crimen que se pudo evitar por más perfecto que podría parecer.
...y tambien: que apoyo tiene el criminal para poder salirse tan facil con la suya? Parece que la proxima victima es Bolivia...
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