¿Como se pasa de ser un "bebedor social" a ser un alcohólico?
Por Manuel BasurtoV.
Por Manuel BasurtoV.
Fue muy llamativo para mí ver cuán
renuente puede llegar a ser uno a hablar sobre alcoholismo, y mucho menos aceptar que se tenga un problema con la bebida. Todos
preferiríamos casi ignorarlo y dar por sentado
que los borrachos son
los demás.
Aun cuando hemos escuchado de casos de
gente que a perdido todo y cuando digo todo, es literalmente todo! trabajo,
salud, familia, relaciones, hasta convertirse en indigentes y marginados de la
sociedad. Aun escuchando y con frecuencia conociendo de esos casos siempre
pensamos que nunca nos pasará a nosotros, que nunca hemos llegado ni
llegaremos a esos extremos.
Nuestros pensamientos son del tipo: "yo solo tomo los fines de semana", "paro de beber
cuando quiero", "solo tomo en compañía de otros, jamás solo",
"ingiero solo bebidas suaves, una cervecita, un vinito", "he
dejado de beber 2 semanas y podría continuar", "jamás he descuidado
mi trabajo o vida familiar", "después de estas fiestas dejaré de tomar" y etc, etc; pero lo cierto y concreto es que se continua bebiendo.
Por lo que he podido apreciar investigando y
hablando con enfermos alcohólicos, la mayoría coincide en que hay solo una
pequeña línea fina e invisible que separa al "bebedor
social" del alcohólico. La mayor parte de gente preferiría creer que está en la primera categoría, sin embargo debemos estar alertas para ver cuando bordeamos esa línea fina e invisible. Esto no quiere decir que todo el mundo que bebe alcohol necesariamente se
vuelve o es un alcohólico, los expertos hablan que cada 4 de 10 personas serían
propensos a convertirse en uno, por ejemplo si hay alcohólicos en la familia.
Hay muchas razones y causas que llevan
a alguien a perder el control sobre la bebida, hay una en especial a la que vale la pena dedicarle atención y es la ignorancia, dado
que si bien sabemos que su consumo excesivo daña la salud, en realidad sabemos
poco o nada sobre los graves efectos nocivos no visibles y progresivos que el
alcohol hace en nuestro organismo, no solo física, sino también mental y
espiritualmente.
Muchos probablemente crean como lo
creía yo, que después de una borrachera por muy intensa que fuera, pasados los
efectos de la resaca, con un buen sueño y una buena ducha, se acabo, quedamos
como nuevos y aparentemente es así; lo que ignoramos por completo es
que las bebidas alcohólicas tienen un compuesto químico llamado Etanol formado
por partículas muy pequeñas que en cuestión de segundos se filtran en la sangre
llegando rápidamente al cerebro y permanecen ahí mucho después de pasada
la borrachera y no solo eso, sino que reemplazan la segregación de ciertos
químicos naturales generados por el cerebro, lo cual contribuye a una posible adicción.
“Los efectos del alcohol sobre
el cuerpo son numerosos y diversos. El alcohol, específicamente el etanol, es
una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos terciarios que
puede afectar de manera grave a nuestro organismo. La cantidad y las
circunstancias del consumo juegan un rol importante al determinar la duración
de la intoxicación”. Wikipedia
Por otro lado está la condición psicológica instalada poderosamente en
nuestro sub-consciente, de que beber alcohol es sinónimo de placer,
relax, des-inhibición, coraje, conquista sexual y un sinnúmero de seudo cualidades que las empresas publicitarias se empeñan en hacernos creer.
Pero nada más lejos de
la verdad ya que todo ese conjunto de sensaciones son apenas burdas falsificaciones artificiales y
pasajeras del verdadero bienestar natural. Y que por el contrario nos merman la vitalidad y energía física, distorsionan nuestra mente, alteran nuestro carácter y lo que es más
terrible en algunos casos nos esclavizarán convirtiéndonos en dependientes de una sustancia tóxica que terminará matándonos.
(Continuará)
que los borrachos son los demás.
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