Fútbol y Religión ¿qué tienen en común?.

Por Manuel Basurto V.

Imponente catedral

Viajando por Sudamérica camino a Brasil allá por los años 70, me llamó poderosamente la atención encontrar con frecuencia pequeños pueblos muy pobres, de gente mayormente indígena con escasa educación, que lucían una imponente iglesia o catedral ubicada por lo general en la cima del lugar, mostrando su señorío y poder sobre el mismo. 

Durante esos viajes siempre me pregunté ¿como esa gente podía permitirse convivir con tan contrastante desigualdad? ¿como es que no podían siquiera cuestionarse, si era justo que mantuvieran aquella  

Pobre pueblo a  la sombra de su catedral

opulencia? en desmedro de tantas otras necesidades básicas y acuciantes del mismo pueblo.  

Hoy 40 años después puedo ver que esa realidad no ha cambiado mucho, es más se ha extendido a otros ámbitos como el deportivo y principalmente el fútbol, claro que esto no es nada nuevo, quizás lo único novedoso sea la forma en que se ha acrecentado la brecha social y principalmente económica. 

Aunque a diferencia de esa época, hoy gran parte de la sociedad ha comenzado a cuestionarse si deba continuar sosteniendo esa desigualdad. Al parecer existe una fuerza mayor que casi nos obliga a mantener el estatu quo y no cambiarlo. Pero ¿Cual puede ser esa fuerza, mayor, que nuestras buenas razones para cambiarlo?

Imponente estadio de Manaos, Brasil

Creo que la respuesta está en gran parte en nuestras creencias, las cuales, como en tantos otros aspectos no estamos dispuestos a revisar y mucho menos a cuestionar cuando de lo establecido se trata, pero que son las que permiten dejar las cosas como están. Seguimos el principio de la salchicha, el cual es: si uno ama algo, no debe averiguar de qué está hecho.

Favela de Manaos a la sombra de su imponente estadio

"Hasta cierto punto el fútbol es una ficción, como una película o una serie de televisión, y, en ese sentido, pocos espectadores están interesados en su tras escena"

¿En qué se parecen el fútbol y la religión? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales.