EL PAPA VISITA PARAGUAY!

Por Manuel Basurto V.

Como vivo aquí en Paraguay, no puedo permanecer ajeno a un acontecimiento que tiene una trascendencia en todos los ámbitos, desde el social, político, hasta y sobretodo el religioso. Además de que siendo así, veo como naturalmente se ha generado una serie de posturas tanto a favor como en contra de esta visita. 

Por un lado están los más acerrimos defensores de otras creencias que casi lo ven como el anti-cristo o su representante, los que creen que se trata de la visita de un político mas, generador de una imagen marketinera cuya visita obedece a fines oscuros poderosos y muy bien concertados; y por otro lado, la fervorosa feligresía católica que le adjudica ser el vicario de Cristo y su representante en la tierra, y de quien esperan que su sola presencia o cercanía obrara grandes transformaciones y porque no decirlo, grandes milagros en la sociedad paraguaya.

Lo cierto es que para mí, cuando lo pienso detenidamente, no logro tener certeza de la veracidad de ninguna de estas posturas, no tengo pruebas que me permitan alinearme en ninguna de ellas, muy por el contrario, tengo muchas interrogantes sin respuestas al respecto de cada una. Así que prefiero retirarme un poco para ver el acontecimiento como quien mira "el bosque completo". 

Altar hecho de Maíz con motivo de la visita del papa.

Mi percepción además, es de que vivimos como inmersos en un gran juego mundial, donde lo que piensan y hacen muchos de los protagonistas más importantes está totalmente fuera de nuestro alcance conocer y mucho menos entender. Por lo que dejando a un lado lo que estos personajes puedan representar prefiero remitirme a ellos como simples seres humanos, que dicho sea de paso, es uno de los aspectos que más ha enfatizado el papa, la igualdad de los seres humanos.  

Algo que ha llamado mi atención en sus discursos es su capacidad de bajar a un lenguaje simple grandes conceptos, casi podría decir a un lenguaje de la calle, como cuando hace alusión a analogías fútboleras, cuando se refiere a mañas que solemos usar para conseguir fines egoístas o corruptos y nuestra tendencia a señalar y acusar a otros de las mismas faltas que cometemos nosotros.

Cabe mencionar que no he seguido la totalidad de sus disertaciones, pero me parece positivo que de vez en cuando venga alguien influyente a señalarnos lo que ya sabemos que debemos hacer y que por lo menos temporalmente nos llame a reflexión y siembre la esperanza de que algunos sean tocados por su mensaje y derive en un cambio profundo a nivel personal, que de hecho es el único cambio que se puede dar.

Otro de los puntos que me pareció magistralmente presentado por Bergoglio, fue su explicación de lo que significa dialogar y su ferviente llamado a ponerlo en práctica, despojándonos de prejuicios para escuchar verdaderamente al otro y no sólo eso, sino intentar aprender de él.

“Efectivamente el diálogo no es fácil. Son muchas las dificultades que hay que superar y, a veces, parece que nosotros nos empeñamos en hacer las cosas más difíciles todavía. Para que haya diálogo es necesaria una base fundamental. El diálogo presupone, nos exige la cultura del encuentro. Un encuentro que sabe reconocer que la diversidad no solo es buena: es necesaria”. Papa Francisco

Concuerdo en que este aspecto es una grave falencia de nuestra sociedad actual  y un pilar sobre el cual debemos trabajar arduamente si de veraz queremos ver una transformación autentica y durarera.