El despertar de la conciencia y su aplicación práctica. (parte 3)

por Manuel Basurto V.
Antes de pasar a la aplicación práctica del despertar de la conciencia sería bueno señalar algunos aspectos que suelen marcar este acontecimiento. No se trata de dar una fórmula porque no creo que exista, tampoco se trata de crear un nuevo dogma sobre esto. En realidad se trata de algo simple, lo que ocurre es que quizás estos conceptos están tan enterrados y cubiertos por otros tan convencionales que nos puede parecer difícil tratar de explicarlos y más aun entenderlos. Como mencioné antes el punto de partida es
cuando comprendemos de que no somos la mente. A ver si me explico, en cierta forma todos sabemos que somos lo que pensamos desde el momento en que "a toda acción le antecede un pensamiento" y nuestras acciones son las que al final determinan nuestra vida y lo que somos. Pero mismo así la mente es algo como un motor generador de pensamientos con una energía tan poderosa que es capaz de arrastrarnos si nos dejamos llevar. Ocurre que estamos tan acostumbrados a convivir con ella que no hemos notado que existe algo dentro de nosotros más profundo y más importante que la mente y los pensamientos, una inteligencia superior que podríamos llamar  conciencia, alma o espíritu, en realidad no tiene importancia el nombre. Cuando digo que no somos la mente me refiero a ese otro nivel al cual la mente tendría que estar sometida pero que con la mayoría de nosotros es al revés y debido a su poder vivimos atrapados en cada pensamiento que surge y sometidos a ellos. Es por eso que muchas veces deambulamos en la vida como si anduviéramos en tinieblas fluctuando constantemente aun en nuestro estado de animo de acuerdo a los pensamientos que nuestra mente genera. Con la mente todo lo etiquetamos e interpretamos por lo que es difícil apreciar la realidad. Ese es otro aspecto importante de estar en este estado racional, ya que todo lo vemos como a través de una pantalla, la pantalla de los pensamientos, los cuales son inestables y engañosos ya que siempre están influenciados por las circunstancias y acontecimientos externos y solamente interpretan lo que nuestros cinco sentidos pueden captar. 

Pero lo real e importante no se puede ver a través de la mente y los sentidos "es invisible a los ojos" como decía El Principito. Todo lo hermoso y verdadero como el amor, la amistad, la belleza no se pueden captar en su esencia con la mente. Otro punto importante a saber es que nuestra mente ha sido condicionada desde nuestro nacimiento, hasta la lengua que hablamos es la que nos hicieron aprender y así es con todo lo demás comenzando por el lugar donde nacimos, nuestra cultura, familia, religión, etc. Todo eso obnubila nuestro verdadero ser y nuestra capacidad de ver la realidad. Incluso la percepción que tenemos de nosotros mismos obedece a ese condicionamiento, nos definimos por parámetros establecidos por ejemplo de que "lado del río nacimos", la educación recibida principalmente académica y lo que hemos logrado según una posición social reconocida y de acuerdo a nuestras posesiones materiales, dinero, etc;  pero ¿somos realmente eso? A lo mejor uds me dirán pero así es la vida y todo eso es lo real y concreto, y es cierto es lo real y concreto dentro de lo que llamamos la "vida" pero que en realidad es nuestra situación vital la cual definitivamente está siempre cambiando, transformándose y deteriorándose hasta llegar a su fin. No así en el otro plano el de la conciencia.
Entonces ¿ cual es la aplicación práctica y porque es importante darnos cuenta de estas cosas? porque lo reconozcamos o no todo lo importante emana de nuestra conciencia, toda transformación que queramos hacer a nivel personal o colectivo tiene que realizarse primeramente en ese nivel, por ejemplo hasta la resolución de bajar de peso tiene que ser tomada primero interiormente para que después el cuerpo pueda tener la voluntad de seguir el régimen ordenado por la conciencia. Y lo mismo ocurrirá en todo orden de cosas y situaciones, nuestras relaciones humanas laborales, familiares y sentimentales.