El poder del dinero ¿permites que se apodere de ti?

Por Manuel Basurto V.

El otro día estuve conversando con un amigo que se dedica al comercio, uno de tantos que conozco ya que vivo en una ciudad considerada un centro comercial importante a nivel internacional. Según este amigo equiparando su vida con la de muchos otros incluida su familia, la de él es mucho mejor ya que con el dinero que gana a través del comercio
puede tener y hacer mucho más que cualquier persona promedio dedicada a otras actividades. Entre sus argumentos argüía que anualmente puede viajar a distintas partes del mundo, cuando quiere asistir a algún evento de entretenimiento o cultural de los cuales hay muy pocos en esta ciudad, simplemente toma un avión y se va al país vecino aprovechando un fin de semana largo por ejemplo, además posee una buena casa, autos, seguro médico privado y un largo etcétera. 
Según me decía, considera que de nada sirve tener buenos principios, cultura y aun una buena filosofía de vida si no tienes dinero, ya que para él todo gira entorno al poder económico, desde la política, religión y educación, hasta las relaciones humanas. 

Dice de sus viajes: "cuando he visitado países que desprecian y tratan mal a los latinos, aun ahí te sonríen y eres bienvenido, cuando muestras que tienes dinero". 

No puedo negar que después de una media hora de hablar con el, casi...casi salí convencido de que tenía razón, lo único que me hizo dudar es la expresión de vacío, tedio y aburrimiento que tiene su rostro por lo menos cuando está en el negocio, donde intercala el contar billetes con apagar colillas de los tantos cigarrillos que fuma. Claro que uno teniendo que enfrentar una realidad tan eminente como es el pago de las cuentas y lo que cuesta llevar una vida mínimamente digna se queda pensando detenidamente en la importancia del dinero, así me sucedió y al tiempo que me hacía una serie de preguntas existenciales comencé a redactar este artículo.

Para empezar es indudable todo lo que se puede hacer y tener por medio del dinero como son innegables también las limitaciones por la falta de él, en un mundo donde hasta el "mono baila por dinero" y que además cuando se tiene sobre todo en buena cantidad, nos produce una sensación muy parecida a la felicidad, podría ser muy fácil caer en la trampa de someterse a su poder. Porque lo cierto y concreto es que casi todo gira en torno al dinero nos guste o no y frente a esa realidad ¿será que terminamos haciendo del dinero y el conseguirlo el centro de nuestra vida? y afanados por eso dejamos de lado otras cosas importantes que quizás ni nos damos cuenta que descuidamos, bajo el supuesto que consiguiendo el dinero suficiente todo lo demás será resuelto satisfactoriamente.

¿Pero cuánto dinero es suficiente? Será verdad el dicho: "el dinero es muy buen sirviente pero un pésimo amo".

Creo que todos sabemos muy bien los tremendos conflictos que causan las disputas por dinero, matrimonios disueltos, familiares enfrentados, perdida de amigos, hijos solitarios, etc, pero aun así me parece que cuando llega la hora de defender el dinero que poseemos este pesa más en la balanza que cualquier otra cosa. Sin embargo y para ser equitativos hay que reconocer que la falta de dinero también nos acarrea una serie de problemas, por lo que lo ideal sería dar con un justo término medio, enfrentar esa realidad y hacer lo posible por solucionarla sin sacrificar lo bueno y placentero que la vida nos ofrece a cada momento y que no necesariamente se consigue con dinero.

No quiero decir tampoco que tener una vida basada en buenos principios no sea compatible con tener o hacer dinero, es más, se ve muchos casos donde gente que a puesto al servicio de la humanidad sus talentos e inteligencia les ha llegado también el dinero en cantidades mayores de las que imaginaron. Por lo que podría concluir que de lo que se trata es de darle al dinero el lugar que le corresponde, es decir el de sirviente, y no permitir que se convierta en nuestro amo ya que la experiencia demuestra que es un tirano que nos esclaviza no solo físicamente sino sobre todo moral y espiritualmente y al final termina robándonos lo más preciado que tenemos que es nuestra libertad y los elementos más importantes que contribuyen a nuestra felicidad incluida la salud.