30 nov 2012

De vez en cuando es Bueno hacer una pausa y revisar nuestro pasado.

Por Manuel Basurto V.
De vez en cuando hay que hacer una pausa contemplarse a sí mismo, sin la fruición cotidiana examinar el pasado rubro por rubro etapa por etapa, baldosa por baldosa, y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades. Mario Benedetti.
Después de leer este poema y cuando justamente me estaba preguntando ¿qué es el subconsciente?
aunque daba por sentado que lo sabía, debido a las diversas situaciones por las que estaba atravesando sentí que debía investigar más acerca de su significado. Por si no han buscado el subconsciente básicamente hasta donde entiendo, lo constituyen todos aquellos pensamientos cargados de emoción o sentimiento de los que no estamos conscientes, pero que se encuentran almacenados por decirlo de una manera, en una parte de nuestro cerebro la cual es atemporal y posee cualidades superiores a nuestra parte consciente; muchos psicólogos han afirmado que el subconsciente posee tal poder que es capaz de gobernar gran parte de nuestra vida sin que uno se de cuenta, otra característica que mencionan es que por alguna fuerza inexplicable de la naturaleza es capaz de agenciar los medios rápidos y prácticos para que dichos pensamientos conformen nuestra realidad, sin distinguir si son positivos o negativos.

Siempre creí que lo pasado pasado está y que por tanto era ilusorio y poco saludable hurgar en él y mucho menos intentar encontrar ahí explicaciones de quienes somos en la actualidad y porqué actuamos o reaccionamos de la manera en que lo hacemos. Pero frente a este conocimiento un poco más amplio de los efectos del subconsciente, ahora veo que efectivamente muchas de nuestras acciones se explican cuando revisamos y analizamos nuestro pasado deteniéndonos en acontecimientos que marcaron nuestra infancia y en especial los que fueron dolorosos o negativos. 

Ahí encontraremos que hay sucesos que marcaron para bien o para mal lo que en adelante pasaría a ser parte de nuestras creencias fundamentales y por lo tanto definiría nuestro modo de ver la vida y nuestra relación con el mundo y los demás, esto lo corrobora el principio de que a "toda acción le precede un pensamiento". 

Para ilustrar esto en mi caso por ejemplo, siempre tuve una aversión contra los ricos y las riquezas, albergaba dentro de mi un sentimiento y la creencia de que los ricos en general son gente egoísta, avara y codiciosa y que el poseer riquezas era sinónimo de vivir una vida vacía, disoluta, esclava del dinero y lo material y por tanto carente de sentido. 

Revisando los recuerdos de mi infancia preguntándome de ¿donde venía ese sentimiento y cuando comenzó? rápidamente obtuve una imagen flash proveniente seguro de mi subconsciente, de las fiestas en especial las navideñas que se celebraban en mi familia cuando se repartían los regalos y demás pero donde había una marcada diferencia de clases entre los parientes pobres y ricos, perteneciendo yo a la primera clase me correspondía otro tipo de regalos, mientras que mis primos ricos recibían grandes y costosos juguetes, a mi me tocaba cosas que "necesitaba" como ropa interior, medias, etc; pero no solo era eso, yo diría que lo más pesado era la discriminación quizás inconsciente que los familiares ejercían en el ambiente, a través de las miradas, las comparaciones y el cuchicheo sobre los parientes pobres., etc. 

Recuerden que el subconsciente es atemporal los recuerdos están ahí como si fuese ayer y queramos o no saltan a flote cuando aparece una situación similar a la acontecida, así que ahora mismo recordando todo aquello veo el rechazo que obviamente se creo en mi hacia los acontecimientos sociales en general debido seguramente a esa discriminación de la que fui objeto y que hasta el día de hoy se manifiesta en mi renuencia a participar de ellas por tener el sentimiento de no "encajar" en todo aquello.

Enfrentar estos recuerdos siempre es un poco fuerte y doloroso y posiblemente a nuestro ego le encantaría revivirlos continuamente ya que es alimento para su subsistencia creando si le es posible un drama a partir de ahí, por lo tanto creo que es importante estar atentos y traerlos a colación solo para entender mejor nuestro presente y despojarnos de esas influencias inconscientes a fin de cambiar lo que haya que cambiar ahora; como alguien decía: hay que usar el pasado como trampolín y no como sofá. 

La buena noticia es que así como esos pensamientos emotivos entraron y nos marcaron inconscientemente, de la misma manera los podemos reemplazar ahora conscientemente, eligiendo pensar de otra manera, quizás sea a eso que se refería Frank Kafka cuando dijo: 

"A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar".

2 comentarios:

  1. Comparto tu punto de vista, hurgar en el pasado es fuente segura de aflicción pues no todo es agradable. Sin embargo, también hay qué aprender al subir la colina con lentitud, esfuerzo, y al borde del agotamiento total. Es imposible eliminar los pesares y las caidas, y el daño que nos hayan hecho, pero es aun peor no aprovecharlas como los trampolines que mencionas. No hay que mirar hacia atrás cuando estés arando porque el surco te saldrá mal. Pero si hay recuerdos que te afecten mal, ten el valor de detener el trabajo y entrar en el día de reposo que el el regalo más grande de Dios.

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  2. Gracias por tu comentario Miguel, el cual le da un buen contrapeso al artículo. Creo que de lo que se trata es de encarar el pasado sobretodo cuando está siendo un obstáculo para el presente, pero poniendo atención de no quedarnos ahí. Hay un pensamiento que me ha dado mucho ánimo en los momentos de agotamiento que mencionas: "El hombre es lo que hace con lo que hicieron de él".

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