"El que quiere nacer tiene que destruir un mundo". Herman Hesse. (Auto-entrevista)

Por Manuel Basurto V.

Contabas que uno de los pensamientos que más te impacto siendo aun adolescente fue: 
"El que quiere nacer tiene que destruir un mundo". Herman Hesse. 
¿Podrías decirnos que significó para ti?

Bueno siempre entendí que se refería a una especie de rompimiento casi violento principalmente con el pasado, en la juventud lo relacionaba con ese sentimiento de rebeldía que te hace desear
que todo lo anterior desapareciera y pudiera uno comenzar todo de cero, otro lugar, otro entorno, otras relaciones, etc, como si así pudiésemos enterrar el pasado. 
En la adolescencia es común rebelarse con los padres o progenitores y contra todo lo que te dieron o te dejaron de dar; por lo general uno tiende a enjuiciarlos sin siquiera darles la oportunidad de defensa. Con el paso del tiempo se va comprendiendo que la vida no es tan utópica como imaginamos, algo que vamos entendiendo a través de las propias decisiones y los errores que conforman la experiencia.

¿Y en la actualidad que entiendes con este mismo pensamiento?  
Hoy por hoy entiendo que este destruir un mundo para nacer no se trata necesariamente de cambios físicos o externos, aunque eso podría ayudar. Sino más bien de aspectos más interiores y es ahí donde cobra importancia lo de conocerse a si mismo.
Existen muchos enfoques sobre conocerse a si mismo, uno de ellos es que desde que nacemos y quizás antes, vamos acumulando una serie de influencias, datos, conocimientos, etc, con los cuales vamos elaborando nuestra imagen del YO, o sea yo soy, yo existo, yo tengo, etc; hace poco he comprendido que la elaboración de este yo no es malo, al contrario de lo que antes creía, es una fase importante y muy necesaria de la vida, incluso el niño que se desarrolla normalmente, alimenta y fortalece esa imagen del YO y no puede ser de otra manera ya que sino carecería de identidad, se sentiría inseguro sin percibir bien quien es. 

Pero ocurre que más adelante cuando se entra en la adultez uno comienza a darse cuenta que todo aquello que creía ser en realidad no es, claro que para llegar a ese punto es necesario pasar por un enfrentamiento consigo mismo o quizás varios, algo que la mayoría evitamos por tratarse de un doloroso proceso, el de tener que encarar y sobretodo admitir que durante toda nuestra vida estuvimos equivocados respecto a quien somos y además tener que destruir todo aquello, nuestro mundo, identidad, etc, para que pueda nacer el verdadero y autentico SER. 

Así que mucha gente opta por no iniciar ese viaje hacia si mismo y prefieren pasar por la vida representando a un personaje ficticio, lo cual no quiere decir que queden exonerados de encarar tarde o temprano, esa hora de la verdad. 
Resumiendo diría que el primer paso para iniciar el viaje de conocerse a si mismo es el de ir descubriendo y despojándose de cada una de las capas falsas que cubren nuestro autentico ser, como quien descascara una fruta o semilla. Y este en realidad es un viaje que dura toda la vida, ya que continuamente somos invadidos por influencias que tratan de alejarnos de nuestra autenticidad. 

La primera razón de la esclavitud interior del hombre es su ignorancia, y sobre todo, su ignorancia de sí mismo. Sin el conocimiento de sí, sin la comprensión de la marcha y de las funciones de su máquina, el hombre no puede ser libre, no puede gobernarse y seguirá siendo siempre esclavo, y el juguete de las fuerzas que actúan sobre él. George Gurdijeff