Por Manuel Basurto V.
Estaba mirando las fotos de una boda donde asistieron varias personas con las que me relacione en el pasado. Como es de esperar el acontecimiento se realizó con gran esplendor y glamour, donde probablemente todo fue cuidadosamente seleccionado,
desde el lugar, los detalles de la ceremonia, el bufete, las bebidas y por supuesto también, cada uno de los invitados.
Cuando se reúne gente en este tipo de eventos es inevitable ver en ellos el paso del tiempo, sobretodo cuando se juntan personas de varias generaciones como suele suceder en los casamientos. Y aunque todo el mundo se esmera por lucir su mejor atuendo y apariencia, observando las fotos con detenimiento me quedo un resabio de vacío y tristeza. Y vinieron a mi algunas preguntas:
desde el lugar, los detalles de la ceremonia, el bufete, las bebidas y por supuesto también, cada uno de los invitados.
Cuando se reúne gente en este tipo de eventos es inevitable ver en ellos el paso del tiempo, sobretodo cuando se juntan personas de varias generaciones como suele suceder en los casamientos. Y aunque todo el mundo se esmera por lucir su mejor atuendo y apariencia, observando las fotos con detenimiento me quedo un resabio de vacío y tristeza. Y vinieron a mi algunas preguntas:
¿Me gustaría que la boda de uno de mis hijos (as) fuera con esa suntuosidad? ¿Porqué me causa sensación de vacío y tristeza ver las fotos de esa gente?
¿Podrían ser esos sentimientos un reflejo de mi propio estado?
¿Podrían ser esos sentimientos un reflejo de mi propio estado?
Al comenzar a escribir imagine las ceremonias de los Oscar, cuando todos esos actores se reúnen y muestran sus vestuarios, joyas, maquillajes, etc, despertando una serie de comentarios que van desde la envidia por las riquezas que poseen, hasta las críticas y chismorreos sobre lo que visten (especialmente las mujeres) o lo avejentados que lucen algunos asistentes.
Pienso que una cosa es representar un papel porque se es actor y otra diferente tener que representarlo en la vida real porque la sociedad lo obliga. No descarto de que en estos encuentros asista gente genuina con un deseo sincero de compartir y ser participe de un suceso familiar y social importante, como lo es una boda.
Pero me preguntaba ¿como distinguir la línea fina que separa lo genuino de lo frívolo y lo autentico del fingimiento por guardar las apariencias para cumplir con las exigencias sociales?
Pero al margen de estos eventos la pregunta esencial es: ¿nos ocurre lo mismo en la vida diaria? ¿no será que a fuerza de tener que cumplir con la sociedad, somos impelidos a representar un personaje? el cual por la costumbre llegamos a asumir como real. En el caso de los actores su mayor incentivo es llegar a ser ganador del Oscar o por lo menos obtener una nominación. Y para nosotros el común de la gente ¿cual sería el incentivo para hacer nuestra representación?
Siempre me ha parecido muy importante que dediquemos tiempo y energías a descubrir qué papel venimos a desempeñar en este mundo, pero me refiero al autentico rol, no al falso impuesto por las exigencias del sistema, rol que terminamos asumiendo no para ganar un trofeo o galardón, sino simplemente para adaptarnos y ser aceptados dentro de una sociedad condicionada y no tener que pasar por anti-sociales con la perdida de "ventajas" que acarrea no estar dispuesto a complacerlo.
Justamente por estos días encontré una entrevista que le hacen a un actor famoso donde le preguntan su sentir sobre las ceremonias de entrega de los Oscar, me llamó mucho la atención su enfoque porque podría ilustrar muy bien el tema arriba expuesto, por si se animan a verlo aquí se los dejo.
https://www.youtube.com/watch?v=flweWFeQk0s
Pienso que una cosa es representar un papel porque se es actor y otra diferente tener que representarlo en la vida real porque la sociedad lo obliga. No descarto de que en estos encuentros asista gente genuina con un deseo sincero de compartir y ser participe de un suceso familiar y social importante, como lo es una boda.
Pero me preguntaba ¿como distinguir la línea fina que separa lo genuino de lo frívolo y lo autentico del fingimiento por guardar las apariencias para cumplir con las exigencias sociales?
Pero al margen de estos eventos la pregunta esencial es: ¿nos ocurre lo mismo en la vida diaria? ¿no será que a fuerza de tener que cumplir con la sociedad, somos impelidos a representar un personaje? el cual por la costumbre llegamos a asumir como real. En el caso de los actores su mayor incentivo es llegar a ser ganador del Oscar o por lo menos obtener una nominación. Y para nosotros el común de la gente ¿cual sería el incentivo para hacer nuestra representación?
Siempre me ha parecido muy importante que dediquemos tiempo y energías a descubrir qué papel venimos a desempeñar en este mundo, pero me refiero al autentico rol, no al falso impuesto por las exigencias del sistema, rol que terminamos asumiendo no para ganar un trofeo o galardón, sino simplemente para adaptarnos y ser aceptados dentro de una sociedad condicionada y no tener que pasar por anti-sociales con la perdida de "ventajas" que acarrea no estar dispuesto a complacerlo.
Justamente por estos días encontré una entrevista que le hacen a un actor famoso donde le preguntan su sentir sobre las ceremonias de entrega de los Oscar, me llamó mucho la atención su enfoque porque podría ilustrar muy bien el tema arriba expuesto, por si se animan a verlo aquí se los dejo.
https://www.youtube.com/watch?v=flweWFeQk0s
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