La metamorfosis del Despertar!

Por Manuel Basurto V.

Con mucha frecuencia me he preguntado cual es la relación, si es que existe alguna, entre nuestras decisiones y el curso que toman nuestras vidas. Probablemente condicionado por la educación y los preceptos dictados por nuestra sociedad, he tendido a pensar, que casi todo por no decir todo, depende de uno mismo, es decir que es uno quien tiene o debería tener el control y el mando sobre su vida y destino.

Esta manera de pensar y conceptuar la existencia, al mismo tiempo me creó una cierta resistencia, ya que en la realidad hay mucho que nos sucede en lo cual no interviene nuestra voluntad. Conociendo hoy la importancia de vivir plenamente el momento presente me pregunto: ¿qué ocurre cuando este nos trae algo que nunca decidimos? y ¿como solemos reaccionar cuando creemos que estamos al mando? Diría que la mayoría nos resistimos e intentamos cambiarlo, sobretodo cuando lo que sucede nos causa dolor o no nos parece algo positivo.

Hoy por hoy existe mucha gente que se ha dado cuenta que lo único real que existe es "este momento" y que si deseamos encontrar la felicidad tenemos que buscarla justamente en el aquí y el ahora, ya que el pasado y el futuro como tales, no existen, excepto sólo como pensamientos que proyectamos desde el ahora. También nos hemos dado cuenta que para entrar en relación armónica con el presente es necesario aceptarlo y abrazarlo tal como se presenta con todo su contenido, de otra manera estaríamos en conflicto con la vida misma, ya que esta sólo ocurre siempre ahora.

Lo que intento explicarme es que para vivir plenamente y ya sabemos que esto sólo se puede hacer en el presente, es necesario desprendernos de gran parte o todo lo que hayamos tenido como valido en el pasado o proyectemos para el futuro. A esta toma de consciencia se le podría llamar despertar. Pero este desprendimiento no significa necesariamente tener que entrar en un proceso desgarrador y doloroso, sino más bien natural y paulatino, como el germinar de una semilla o la metamorfosis de una oruga a mariposa. Al respecto encontré un párrafo de alguien que describe esto de manera muy simple y bella:

"Por mucho que alguien esté en desacuerdo, ninguna persona realmente quiere perder su sentido de yo. Para algunos, esta pérdida ocurre de todos modos. De igual forma, ninguna persona realmente quiere perder sus valiosas relaciones, sus pasiones, sus intereses, sus opiniones y sus ambiciones. Para muchos que encuentran el despertar, ese tipo de pérdidas ocurren de todos modos, también.

Antes del despertar, la pérdida se percibe como algo malo. Después del despertar, la pérdida de cualquier tipo es percibida como algo bueno. Menos es siempre más. ¡No le llaman la Nada sin razón!

Han pasado casi dos años desde que el despertar espiritual se llevó la vida de mi falso sentido del yo. Desde entonces, he estado tomando nota de los muchos aspectos de mi vida exterior que empezaron a desmoronarse. Todas esas pérdidas externas se produjeron en una forma suave y espontánea, sin resistencia ni lucha de mi parte".

Creo que la naturaleza es una gran ilustración de todo, y también de los diversos procesos de cambio de la condición humana, ya que al final no estamos separados sino que formamos parte de ella. En el caso de la oruga por ejemplo, sería absurdo que quisiera aferrarse a su condición y tampoco creo que podría, por el contrario cede naturalmente al cambio, igual que con las semillas. Y seguramente podría ser igual con nosotros, no tenemos nada que forzar, ningún intento que hacer, como tampoco ninguna decisión que tomar.

Resulta interesante saber que los más grandes maestros hablaron de este abandono en el buen sentido de la palabra. Y es que si queremos ser uno con la vida y manifestar lo más grande que ésta tiene para nosotros, no hay otro camino que el de ceder a los cambios y transformaciones que la vida misma nos ofrece. Jesús definió esto claramente cuando dijo: Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.