Aprendiendo a vivir en Paraguay.

Por Manuel Basurto V.
Cuando uno llega a Paraguay se siente una calidez tanto en el ambiente como en el trato con su gente. El sol radiante casi siempre está presente como el verde de la naturaleza y su tierra roja, es un país de gente joven y es común verlos en grupos conversando, riendo y compartiendo el terere, (hierba mate que se sirve con agua helada).
Claro que cambiar de una temperatura promedio de 13 grados a una de 38 no es nada fácil, y esa sensación térmica es muy incómoda en un comienzo. Aquí se habla Castellano y Guaraní que por cierto es su lengua materna y da la impresión que la usan especialmente cuando no quieren que el extranjero los entienda, lo cual les crea una ventaja que por lo general es muy bien utilizada. 

Entiendo que esto se deba probablemente a una reacción de protección o autodefensa debido a que en algún momento de su historia fueron invadidos por extranjeros que se mal aprovecharon de sus tierras y su gente. Es la misma impresión que se tiene cuando te dejan hablar limitándose a escuchar y observarte a lo cual solo asienten con un “exactamente” no dejando ver muchas veces lo que en realidad piensan, algo que personalmente me parece un mecanismo preventivo quizás involuntario antes de responder o reaccionar lo cual hacen directamente al grano, como lo refleja su expresión: "ya está..ya". 

Creo que indefectiblemente el clima, la naturaleza, etc. tienen su influencia en la gente de cada región y aquí el intenso calor tiene su efecto en la misma, debido a esto nadie puede andar muy de prisa especialmente entre el medio día y las 3 de la tarde, “a la siesta” como llaman comúnmente a esas horas,donde la ciudad queda prácticamente paralizada, este mismo calor obliga a todo el mundo a vestir muy ligeramente, tomar mucho liquido todo el tiempo, la guampa y el termo son inseparables de la gente lo cual incide en un hábito de compartir ya que el terere casi nunca se toma solo, a menos que no haya nadie más.

Vecinos compartiendo el Terere

Hay una infinidad de aspectos que uno mira con atención cuando no se está en su tierra natal y creo que los locales podrían aprovechar bien esos puntos de vista ya que como bien sabemos “nadie es profeta en su propia tierra” y es interesante saber cómo nos ven desde un ángulo que no es el nuestro. 

Por ejemplo al principio cuando se llega aquí se tiene la impresión que es un país caótico donde todo el mundo hiciera lo que le da la gana y aunque en cierta forma es así (como lo es en muchos países de Latino américa), lo bueno es que también se encuentra mucha gente que conoce y quiere respetar las normas de convivencia, tienen principios y valores aunque dejan entrever un sentimiento subyacente que pareciera decir que “si los que deberían dar el ejemplo no lo hacen, ¿Por qué tendría que hacerlo yo?” en alusión a gente que de alguna manera es influyente. Pareciera ser una especie de resignación a que las cosas no van a cambiar por lo que no vale la pena ni hacer el intento, sentimiento que se expresa en una frase muy común “así no mas es” o “igual no más”.

Hay algo que caracteriza a los hombres latinos y es el machismo, aquí también se da ese fenómeno, aunque resulta cómico que se refieran a la mujer como “la patrona” otorgándole una autoridad que en la práctica no tienen salvo excepciones, por el contrario quizás debido a la mayoritaria población femenina se percibe un cierto menosprecio por parte del varón que obliga a la mujer a competir entre si principalmente por el lado de la belleza física, aunque en los últimos tiempos se nota un despertar en cuanto a valorarse la mujer por otras cualidades más importantes que la física.

Creo que todas las sociedades arrastramos inconscientemente un legado del pasado y en países donde se ha sufrido de muchas restricciones por periodos prolongados como es este caso, se nota desconfianza y mucha precaución con el trato a los extranjeros, por ejemplo es frecuente ver que respondan de manera ambigua o poco definida como: “puede ser”, “estaré a las 5 por ahí"...Obviamente no estoy generalizando ya que mucho depende de las personas con las que se trate, como en todas partes aquí también existe marcadas diferencias entre la gente de la capital y la del interior, sin que ninguna sea mejor que la otra. 

Pero en general algo llamativo es la sencillez y pureza de la gente, como dice Cabral en su canción: “me gusta la gente simple, la que fácilmente ríe, la que fácilmente llora”…aquí principalmente en el interior, la gente todavía te mira y hasta te sonríen y saludan aunque seas un extraño.

Después de cada caluroso verano siempre me pregunte: ¿será este el último en Paraguay? pero ya pasaron 12 y sigo felizmente aquí.