Rompiendo con el paradigma de una vida pobre. Parte II

Por Manuel Basurto V.

¿Hacerse RICO trae felicidad o infelicidad?

Seguramente la interrogante que planteo aquí tiene miles de respuestas y por lo que veo ha sido una pregunta que se ha hecho el hombre a lo largo de la historia donde se puede notar que el ser humano siempre ha buscado la riqueza, pero al parecer, rara vez ha encontrado
la felicidad a través de ella. Muchas veces me he preguntado ¿porqué la Biblia habla del engaño de las riquezas? y porqué Jesús dijo: Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de los cielos, frente a afirmaciones tan contundentes pareciera quedar más claro que el agua lo negativo de hacerse rico, desde que eso nos acarrearía perder nuestra alma. Sin embargo, por otro lado parece contraproducente cuando el mismo Jesús nos ofrece una vida en abundancia. 

Y aquí surgen otras preguntas ¿como alguien podría tener una vida abundante si no tiene todo lo necesario para el cuerpo, la mente y el espíritu? y ¿como alguien podría tener todo aquello que necesita para satisfacer su existencia integralmente, si no tiene el dinero para obtener todo aquello? 

Más allá de lo injustas que sean las riquezas, la mala distribución, el egoísmo, la corrupción, la codicia y un largo etcétera, lo cierto y lo concreto es que la humanidad ha creado y aceptado la existencia del dinero como el medio principal de intercambio para la adquisición de casi todos los bienes, por no decir todos. Y por más que algunos aborrezcamos este medio y este sistema, creo que resulta utópico pretender vivir al margen de el y no aspirar a enriquecerse. 

Pero volviendo al engaño de las riquezas, me parece que uno de los mayores errores al ir en pos de fortuna, es descuidar los otros aspectos importantes de nuestro ser integral, como son la mente y el espíritu. Siendo que el dinero tiene gran poder y nos facilita obtener casi todo lo que necesitamos es fácil terminar seducido por este, creyendo que lo es todo, olvidando así que en realidad el dinero es muy buen siervo pero muy mal amo, no nos servimos del dinero sino que terminamos sirviéndolo a él. 

Pareciera que muchos ricos y también pobres, quedan atrapados en esta seducción, el rico por el deseo de acumular más y proteger lo que ha conseguido y el pobre por tener que ir tras él para poder sobrevivir, no logrando encontrar ninguno un buen equilibrio con los otros aspectos fundamentales como son; alimentar y desarrollar la mente y el  intelecto e igualmente buscar la realización de una vida interior y espiritual, terminando engañados al creer que las riquezas le darán todo aquello y olvidando que ellas solo pueden suplir los medios para ese fin y no convertirse en el fin mismo.

El otro punto que me parece muy importante es que la mayoría damos por sentado que para generar riqueza hay que ser competitivo, nos educan para ser "ganadores" muchas veces sin importar a que precio ni de que manera, y encuentro ahí otro error garrafal que contraviene un principio fundamental de la riqueza el cual es: que la verdadera riqueza es la que enriquece también a los demás. Cómo podría uno ser feliz con la riqueza obtenida si el camino para llegar a ella estuvo plagado de infelicidad con actos que no contribuyeron también al enriquecimiento y bienestar de los que nos acompañaron, sino que por el contrario les creamos dolor y sufrimiento. 

Podemos resumir diciendo, que no hay nada malo en desear hacerse rico, es más, se podría añadir que es el impulso natural de la vida misma, crecer, expandirse, alcanzar su máxima expresión y es a lo que todo ser humano tendría que aspirar, tener una vida plena y abundante, en otras palabras ser rico. Creo que convendría revisar algunos paradigmas que quizás hemos creído hasta hoy, como que hay que estar preparado para manejar las riquezas, que no es para cualquiera, que el dinero corrompe el corazón, etc; lo cual solo puede ser verdad si no partimos de unos buenos principios y lo equilibramos con todo lo importante antes mencionado.